miércoles, 14 de mayo de 2014

El río Genil

Las alamedas se van, 
pero dejan su reflejo.

(¡Oh qué bello 
momento)

Las alamedas se van,
pero nos dejan el viento.

El viento está amortajado
a lo largo, bajo el cielo.

(¡Oh qué triste 
momento!)

Pero ha dejado flotando, 
sobre los ríos, sus ecos.

El mundo de las luciérnagas
ha invadido mis recuerdos.

(¡Oh qué bello 
momento!)

Y un corazón diminuto
me va brotando en los dedos.